Como los reptiles son animales de sangre fría, la temperatura de su sangre varía
según el tiempo. Cuando hace calor, su sangre se calienta. Pero cuando el tiempo se vuelve frío, la temperatura de su
cuerpo desciende y puede darse el caso de que descienda más de lo que permite su organismo. Así, para no morirse, buscan
un lugar protegido donde pasar los días demasiado fríos. Pueden refugiarse en
agujeros subterráneos, en cuevas y en los
troncos huecos. Sin embargo, incluso dentro de sus refugios tienen
demasiado frío para moverse. Entonces se quedan inmóviles hasta que el aire
se calienta, momento en el que vuelven a salir. Claro que cuando los reptiles viven en sitios que están calientes
todo el año, no se refugian más que para ponerse al acecho.
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